A lo largo del año, ya sea por reparaciones de coche periódicas, por algún tipo de avería o revisión, son muchas las que suelen repetirse en los talleres. Algunas responden, como decíamos, a temas estacionales aunque otras son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro vehículo, sobre todo teniendo en cuenta la prevención. En muchas ocasiones, los propios testigos del coche nos sirven como pista de si algo no está funcionando correctamente. Así las cosas, repasamos las más habituales en este artículo:
Kit de distribución: Uno de los más demandados a lo largo del año. Un reemplazo que incluye la correa, las poleas que hagan falta, tornillos y en muchas ocasiones la bomba de agua.
Además, existe un riesgo importante si no se cambia a tiempo el kit de distribución. Se provocaría la rotura de la correa de distribución y esto podría ocasionar el fallo del motor. El cambio puede ir desde los 300 a 600 euros, dependiendo del modelo del coche.
Kit de embrague: Otra de las revisiones más habituales y más demandadas por los conductores habituales. El desgaste del kit de embrague se debe al uso continuado del vehículo. Es importante hacer la sustitución a tiempo, ya que un fallo de transmisión de la potencia del motor a la caja de cambios puede hacer que el coche responda de forma inadecuada.
Pastillas de freno: Una de las tareas más frecuentes en cualquier taller. El desgaste de estas pastillas hace que el coche no frene adecuadamente. La mayoría de fabricantes recomiendan su cambio cada 10.000 kilómetros.
Alternador: Es el encargado de cargar la batería, con lo cual su buen funcionamiento es vital. Además, es una de las partes del sistema de arranque, con la batería y el motor.
Su vida útil está entre los 200.000 y 400.000 kilómetros, el precio depende del fabricante y tipo de alternador, pero ronda entre los 400 o 600 euros.
Bomba de agua: Normalmente es un cambio que se hace con el kit de distribución, ya que aunque sea una pieza económica, la sustitución sí requiere de bastante tiempo. Esta pieza es indispensable para la refrigeración del motor, si falla puede haber roturas en el sistema de combustión.
Correas de servicio: Conectan la polea del motor con las de otros componentes. Es importante revisar su estado, ya que si fallan, pueden causar otro tipo de problemas en el coche.
Filtros y lubricante: Uno de los cambios más demandados, que forma parte del mantenimiento que se hace de forma preventiva.
Estas solo son algunas de las reparaciones más frecuentes, algunas se producen por averías pero la mayoría por el desgaste habitual del vehículo. La recomendación es llevar al día el mantenimiento del coche en cuanto a reparaciones y realizar las revisiones en nuestro taller de confianza para alargar su vida útil.