Los amortiguadores, ayudan a mantener en contacto los neumáticos con el firme sobre el que ruedan y se encargan de absorber las oscilaciones de la suspensión, para que este movimiento no se transmita a la carrocería y proporcione estabilidad en el vehículo.
Son una de esas piezas, que ,al no verlas, no damos demasiada importancia, pero son fundamentales para mantener la estabilidad del vehículos es decir, nuestra seguridad, la de nuestros acompañantes y la de terceros.
Se calcula que los amortiguadores hacen por cada kilómetro recorrido unos 1085 movimientos, motivo por el cual se recomienda cambiarlos cada 80.000 km.
Dependiendo de los lugares por los que transites con tu vehículo y el tipo de conducción, los kilómetros podrán variar. Además, siempre se debe de realizar el cambio por parejas delanteras y/o traseras al igual que hacemos con los neumáticos
Los efectos de unos amortiguadores en mal estado son:
- Alargamiento de la frenada. A 45 km/h , la distancia de frenado aumenta en 2 metros.
- Derrape en curvas. Si los amortiguadores no son capaces de mantener el reparto del peso, la carrocería perderá estabilidad y se producirá el deslizamiento.
- Cansancio en el conductor: además de la incomodidad por la falta de estabilidad, también se sufre desgaste por tener que aumentar la atención en la conducción al no tener confianza en la respuesta del coche.
- Aquaplanning con menor velocidad. Con amortiguadores desgastados al 50%, el efecto del aquaplanning empieza a 109 km/h, mientras que con amortiguadores en buen estado aumenta hasta los 125 km/h
Por todo ello, es recomendable revisar los amortiguadores de nuestro vehículo cada 20.000 km